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io tocante a la dicha paz, sin tocar en ninguna cosa de lo que se tenia entre manos, siendo tan necesario; a que no tuvo que responder mas de que esperaba que en breve vernia la respuesta de su Sd.

Quanto a la creacion de cardenales que los dias passados se havia publicado, mejor es ay no se hable en ello, pues al presente ay muchos y algunos que poco convienen etc. (Leg. 644. fol. 29.)

11. Carl an Don Diego Hurtado de Mendoza. Ulm, 11. Februar 1547.

Mr. Gerone Bertano, que es a quien su Sd. nos embio sobre lo de la paz con francia, llegó aqui a los 27 de Enero, y a los 28 le dimos audiencia, con el qual vino el nuncio y nos presento el breve de su Sd. en su creencia y tambien cartas del cardenal Fernes exhortatorias a la dicha paz; y despues de haverle nos interrogado de la salud de su Sa. y hablado sobrello, propuso el dicho Bertano su cargo, y fue en sustancia persuadirnos de parte de su S. con los argumentos ordinarios a la dicha paz, señaladamente por lo que convenia para dar buen fin a esta empresa, veniendose a resumir todo en tres puntos: el 1o. que nos quisiesemos proponer algunos articulos y medios con los quales se pudiese tractar mas estrecha paz con francia, o mirar de abocarnos con el rey de francia en parte donde su Sd. se pudiesse hallar presente para entender en persona en este concierto, o a lo menos enviar personas bien informadas y con poderes bastantes a Roma y que lo mesmo haria el rey de francia y que su Sd. miraria de allanar y moderar las cosas para venir al concierto.

A lo qual le respondimos que todo el mundo y señaladamente su Sa. sabia muy bien que ninguna cosa habiamos deseado mas que vivir en paz con francia y que lo mismo hauriamos dicho arto espresamente al cardenal Fernes quando estaba aca y aun en presencia del nuncio, y que el rey de francia havia certificado a nuestro embaxador que reside en su corte y a la reyna en flandes por via del suyo que tiene alli y tambien a nos mesmo por el que esta aqui, que desseaba observar la paz, y que quanto a hacerla mas estrecha que artas veces se habia

hablado y comunicado sobrello, y nos mostrado siempre tener gana que se hiciesse y que estabamos aun en ello, y que cada vez que de la parte del rey se propusiessen medios convenientes y razonables verniamos de muy buena gana en que se acabase; y quanto a lo del abocamiento, que los negocios que agora teniamos entre manos no daban lugar para ello, alargandonos algo a dar razon dellos, porque viesen los terminos en que se hallaban, para justificar con ella mas nuestra respuesta; y que en lo de enviar personas a Roma, sino decia o traia otra cosa sobre que tomar fundamento que no veyamos porque se deviese hazer, y porque el dicho Gerone tocava el oficio que su Sd. queria hacer y entremeterse en este negocio para moderar y aclarar las diferencias, paresciendo por sus palabras que el quisiesse dar a entender que su intencion fuese de componer y arbitrar las dichas diferencias, se le tocó que el peso y trabajo podria ser grande en esto, y que quien sabia si ya que nos lo quisiesemos el rey de francia consentiria.

Y continuando el dicho Gerone la platica y pasando con palabras generales por lo de los dos primeros puntos, se arrimo al ultimo, protestando que no tenia otro cargo y que no se pensase sacarle cosa alguna mas, porque no la traya, y que no era la mente de su Sa. de ser arbitro entre nos y el rey de francia, sabiendo muy bien quan peligroso seria tomar tal cargo entre dos principes tan grandes y que bastaria para enemistarse con entrambos o a lo menos con el uno, y que su fin habia siempre sido destar neutral conforme a lo que requiere su dignidad y ser medianero para atraer las cosas todo lo que pudiese a buena y estable paz, y que en todo caso a lo menos para oir lo que alla se podria decir no seria sino conveniente que quisiessemos enviar alla alguna persona, porque por ventura se propornia cosa que mostrase camino para tan buena y santa obra, y que enfin este lo era para que pudieremos ser absolutamente señor de todo el mundo, pues concertado con francia no terniamos quien nos lo estorbase.

Y atajandole en esto le diximos que todo el mundo sabia y nuestras obras lo aprobaban que no aspirabamos ni jamas habiamos tenido pensamiento dello y que si lo hubieramos hecho por ventura hubiera pesado a algunos, mas que no eramos amigo sino de paz y de buena gana entenderiamos en los medios para ello, quando, como habiamos dicho, se propusiesen

convenibles y que por entonces le dabamos esta respuesta, añadiendo tras esto que estabamos muy maravillado que su S. hu- · biesse alargado tanto la respuesta de lo que habia llevado don Juan de Mendoza y a la fin dadola tan seca sin considerar los terminos en que nos hallabamos y que habiamos començado esta tan sancta obra persuadido de su Sd. y teniendola en el punto en que estaba, y que de haberlo hecho assi con ocasion desta platica de la paz no parescia que fuese cosa conveniente, ni menos fundarse en querer su Sa. quedar en la neutralidad por no dar al frances, ayudando a esta empresa, ocasion de decir que saliese della, ny tanpoco podiamos pensar que, siendo el rey de francia Rey christianissimo, creyese que su Sd. hiciese cosa parcial en ayudar a tan sancta expedicion, antes, no haciendo, terniamos mas causa de decir que su Sd. se salia de lo a que le obligaba su dignidad, juntando a este proposito que se habia entendido que de francia habia sido solicitado su Sa. para que no diese mas ayuda con ciertas platicas que se tractaban, y aunque su Sd. por mas señas habia prometido de no pasar mas adelante ni contribuir en lo de la ayuda, lo qual no habiamos querido creer hasta que por la dicha respuesta parecia poderse inclinar a ello y que este no era el camino ni torcedor para que se viniesen a mas estrecha paz, segun lo habiamos dicho al embajador de francia pocos dias habia, y que si el rey queria agora romper, lo que no creiamos por havernos certificado tanto de querer guardar inviolablemente la paz, que seriamos forçado de hacer lo que no querriamos, que seria concertarnos como mejor pudiesemos en lo de aqui, haciendo nuestros negocios sin tener tanto cuidado de los agenos, y que ya estaba esto tan adelante que no ayudando mas su Sd. mirariamos, hallandonos apretado, en lo que mas nos tocase y que muy facilmente lo podriamos acabar, pues juntandonos con estos en caso que Francia se moviese podria Dios hacer lo que dice el psalmista,,vindicabo inimicos meos de enemicis meis" y que menos. sinrazon tuviera el papa si agora le pidieramos cosa fuera de terminos, pues haviendole pedido solamente que cumpliese lo capitulado y la prorogacion de la ayuda en el estado que esta lo de aca con el buen succeso que ha havido no podia dexar de parescer a todo el mundo cosa estraña haber dado tan seca respuesta, habiendola diferido tanto tiempo, y que en fin nos

nunca acostumbravamos de hacer cosas por fuerça ni con otro torcedor que de buena voluntad y por razon.

A lo qual el nuncio replicó que su Sd. havia cumplido lo de la ayuda y que si la gente se havia disminuido no era su falta. y que no continuarla mas habia sido por la consideracion del ynvierno, en el qual no teniamos necesidad de exercito.

Replicamosle a esto que siendo la gente de muchos dias aca poca habia hecho poco o ningun servicio y mucho daño, y que, como se habia dicho al duque de Camarino, quando era en mayor numero se sufria el mal que havia, pues podia servir, pero que despues de diminuida no han dejado de hazer siempre infinitos daños y servicio ninguno, tanto que mas quisieramos que se hubiera tornado a sus casas, sino pensavamos que su Sd. debiera haver cumplido el numero y tener mas cuidado de la paga o a lo menos lo que faltaba de la dicha gente suplirlo en dinero por cumplir con lo capitulado; y que quanto a lo que decia de no ser menester exercito en ynvierno podian bien ver sin el se vernian a rendir las tierras, como lo hacian, tanto mas con lo que queda por hacer, pero que sabriamos como habiamos dicho mirar muy bien por nuestros negocios, sin tener tanto cuidado de agenos en caso que nos apretaron estando las cosas en los terminos que estan. Y viendo esto el dicho Gerone y no queriendo o no sabiendo responder mas dijo que se dejase esta platica y tornasemos a lo de la paz, cosa tan sancta y necesaria, a lo qual le respondimos que por entonces no habia que decir mas de lo dicho y que pensariamos en ello. —

Vino despues Alexandro Vitello con decir que tenia cartas del cardenal Fernes, al qual pesaba mucho que su Sd. no hubiese pasado mas adelante, en lo que le pediamos y era tan justo, y que enfin el papa era viejo y tenia sus opiniones pero que el cardenal havia hecho todo lo que habia podido, y era muy afficionado servidor nuestro y deseoso de emplearse en todo lo que pudiese por nuestro servicio, añadiendo que siendo moço y de buenas entrañas podria muy bien servir y que se podrian aun juntar hasta 1500 italianos buenos y reduciendoles en mejor orden recebir dellos buen servicio. Y nos respondimos a esto que agradesciamos lo que ofrescia el cardenal de su voluntad, pero que nos pesaba que en caso tan razonable hubiese tenido tan poco credito con su S., y a lo de los Italianos que pues eran tan

pocos y cada dia se iban y hacian tanto daño y ningun servicio, que habia hartos dias que quisieramos que fueran todos en Italia y que les hubieramos dado ya licencia para ello sino fuera por respeto de que su Sa. no lo tomase de mala parte.

Despues el dia de nuestra Señora de la Candelaria el nuncio habiendo pedido audiencia nos vino a hablar antes de misa y dandonos un breve de su Sd. començo la platica con decir que su Bd. revocaba su gente por ser acabado el tiempo a que la capitulacion le obligaba y ya tan adelante el invierno y tambien por la lastima que tenia della, viendo los terminos en que se hallaba y que no se acabase de perder con daño de la Italia y haciendo despues falta alla, añadiendo que su Sd. se congratulaba con nos del felice y prospero suceso desta empresa, de la qual se habia muy mucho alegrado y dado por ello gracias a Dios diciendo misas y haciendo procesiones rogandole que se siguiese el efecto de la victoria que se debia esperar. Y luego tras esto usando de protestacion que quisiera poder escusar de decir algunas cosas que su Sd. le habia encargado, pero que como criado no podia hacer menos que obedescer a lo que le era mandado, dixo que como no habia podido dexar de avisar a su Sd. de que nos habiamos diferido de darle audiencia su Sa. quedaba sentido dello y le parescia que se devia tener mas respecto a sus ministros, tanto mas quando era para tractar y hablar de cosas publicas y tocantes a esta empresa, y que su Sa con sus años no dexaba de dar a nuestros ministros audiencia cada vez que era menester, como podian hacer fee dello; pero que confiaba su Sd. que nos como principe catholico no dejariamos de usar de la merced que Dios nos habia hecho de la victoria para servirnos della como convenia para la reduction de la religion, pero que no podia dejar de sentir que tan poca cuenta se le daba dello y que rindiendose tierras cada dia y tractandose con ellas en los tractados no se hacia espressa mencion de su Sd como parescia que fuese conveniente.

Y considerando el pie de que coxeaba, nos parescio responder mas claro que hasta aqui, pues la blandura con ellos no aprovechaba ni por ella dexaban de pasar adelante en sus designos con haver tenido tan poco respecto a lo que se habia dado en cargo a Don Juan Mendoça y a su instruxion hecha

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